Teoria del observador del Genesis

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La teoría del observador del Génesis es una de las teorías pro-evolución[1][2] del creacionismo cristiano contemporáneo, -también llamada del "observador sobre la superficie de la tierra". Analiza el primer libro de la La Biblia —El Génesis—, en los capítulos 1 y 2, versículos 1 a 4 bajo la premisa de que la narración del texto bíblico es realizada por un ser humano que se encuentra sobre la superficie del planeta.

Esta perspectiva sería clave para la interpretación de lo descrito en el texto, a la luz del correlato científico-astronómico.

La teoría en cuestión intenta analizar los seis días creativos bajo la suposición de que: primero, el que observa es un hombre y no Dios; segundo, lo hace desde la superficie de la tierra[3]; tercero, este observador ve una visión que Dios le da ya que es imposible que un hombre haya presenciado la evolución del planeta desde la nebulosa preplanetaria primigenia —nebulosa solar— hasta la aparición del homo sapiens.

Este observador sería, durante el tiempo que duró la visión, el centro de la acción. Todo gira a su alrededor, los continentes se acercan o se alejan de él, los planetas y las estrellas giran en rededor de su posición. Sería como si alguien hubiese podido montar una cámara fija clavada en ese lugar durante cuatro mil seiscientos millones de años y luego reprodujera la película en unos pocos minutos.

También tiene vital importancia el apreciar que esta persona —el observador— carecía de los conocimientos científicos y astronómicos como para comprender con exactitud de que se trataba lo que estaba viendo por lo que lo expresa en sus palabras y dentro de los parámetros propios de su época.

Tradicionalmente se ha sostenido que Moisés es el autor de Génesis, inferencias internas en el texto de La Biblia favorecen esta conclusión, por lo que el observador bien podría haber sido Moisés[4].

Esta teoría sería válida para la interpretación del texto en cuestión a nivel científico-astronómico, luego se debería analizar el aspecto trascendental que a los efectos religiosos sería más importante.

El Génesis

Día primero

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
«La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas.
«Dijo Dios: "Haya luz", y hubo luz. Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; y llamó Dios a la luz "día", y a la oscuridad la llamó "noche". Y atardeció y amaneció: día primero"» (Génesis 1:1-5)
Posible vista desde la superficie de la Tierra en dirección al Sol, el que, se vería oculto detrás del polvo residual de la nebulosa original.

En este primer párrafo -a partir de la premisa de que el observador está ubicado en la posición en la que la Tierra va a existir en unos cientos de millones de años más adelante, cuando se haya consolidado como planeta-, se realiza la comparación con la explicación científica actual, la que asegura que la nebulosa solar que da origen al sistema solar era un cúmulo caótico de polvo y gas, el que se contrajo por las ondas gravitacionales que llegaron a la zona provenientes de alguna supernova en las cercanías. Esta contracción hizo que la mayor parte de la materia de la nebulosa se acumulara en el centro dando lugar a la generación del Sol, la estrella central.

La teoría implica analizar estos acontecimientos desde la perspectiva de la superficie terrestre[5], por lo cual se deduce:

Si un ser humano hubiese podido estar en esa posición (en este caso el observador), en esa ubicación, lo que habría visto es: primero, el caos del polvo flotando en el abismo espacial. Luego el nacimiento de luz proveniente de alguna parte que iluminaría desde atrás al polvo remanente de la nebulosa original -que aún no habría caído al Sol ni habría formado aún parte de los planetas-, ya que el Sol -se supone- se encendió antes de que todo el polvo de la nebulosa se depositara o fuera barrido por el viento solar.

La lógica de la línea de pensamiento base de la teoría, es pensar que el observador gira con el planeta que se está consolidando, -ya que la Tierra desde sus primeros momentos tiene que haber estado en rotación-, por lo que el observador un momento estaría de frente al resplandor y al siguiente de espalda, con lo cual -para él- se iniciaría una sucesión de días y noches.

Día segundo

Los primeros hebreos concebían el universo como un conjunto, una Tierra en forma de disco centro del cosmos. El cielo consistía en un domo apoyado en pilares celestiales. (The religious ideas of the Old Testament) (Londres: Duckworth 1913)
«Dijo Dios:
«"Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras". E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue.
Y llamó Dios al firmamento "cielos". Y atardeció y amaneció: día segundo"» (Génesis 1:6-8)

Teniendo como base la teoría de un observador fijo, se conjetura que en ese momento esa persona estaría relatando los primeros momentos de la consolidación del planeta en los cuales la incipiente atmósfera estaría saturada de agua, vapores, y cenizas volcánicas, productos de la época de enfriamiento y generación de la atmósfera primigenia.

En esa época del planeta el agua de la atmósfera no llegaba a acumularse en la superficie debido a la temperatura del suelo, por lo que es probable que la humedad del aire fuese del cien por ciento. La lluvia que se precipitaba se volvía a evaporar antes de tocar el suelo. Luego, al continuar enfriándose el planeta, al fin el agua se mantendría en estado líquido por más tiempo y formaría los océanos, dejando al descubierto los continentes secos. También el polvo de la atmósfera, cenizas volcánicas, polvo de los impactos de los planetoides y meteoritos que seguían cayendo tendría que haberse asentado, ya que los impactos se habrán ido espaciando. Como resultado de todo ello el aire tendría que haberse hecho más diáfano permitiendo la visibilidad a largas distancias.

El texto del Génesis estaría expresando que el observador vería ésta separación del agua del aire. El aire dando lugar a la atmósfera y al agua como mares.

Él cree que la lluvia cae de las aguas que quedaron arriba, según su concepción cultural[6]. Ya que puede ver el aire en el medio y los mares abajo, pero no comprende el origen de la lluvia.

Día tercero

«Dijo Dios:
«"Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, y déjese ver lo seco"; y así fue. Y llamó Dios a lo seco "tierra", y al conjunto de las aguas lo llamó "mares"; y vio Dios que estaba bien.
«Dijo Dios:
«"Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra". Y así fue. La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. Y atardeció y amaneció: día tercero"» (Génesis 1:9-13)

Avanza la visión del observador y con ella la evolución del planeta. Se perciben las primeras plantas, los primeros vegetales, posiblemente algas de ese mar primigenio.

La ciencia asegura que el desarrollo de la vegetación se produjo con plantas acuáticas luego bosques de helechos y coníferas con líquenes y hongos.

Esta persona ahora ve la aparición de formas de vida que él reconoce, formas de vida que él asocia con lo que existe en su época.

Día cuarto

«Dijo Dios:
«"Haya luceros en el firmamento celeste, para apartar el día de la noche, y valgan de señales para solemnidades, días y años; y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra". Y así fue. Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra, y para dominar en el día y en la noche, y para apartar la luz de la oscuridad; y vio Dios que estaba bien. Y atardeció y amaneció: día cuarto"» (Génesis 1:14-19)

Este es un punto crucial, en cuanto a que es un hecho científico irrefutable el que los astros estuvieron desde la consolidación de los planetas, consolidación que posiblemente ocurrió a la par del planeta Tierra, por lo que es imposible que haya sido en ese momento en que hayan aparecido por primera vez, pero, como la observación se plantea -según la teoría-, desde una ubicación terrestre permanente sobre la superficie, entonces, se debe pensar cómo esa persona -que vivía al menos mil años a.C.-, interpreta ver aparecer en un cielo despejado de polvo cósmico interplanetario y nubes de vapor (dentro de la atmósfera), a los astros[7].

Él cree que es en ese momento en que estos son creados ya que antes no los había visto, y lo escribe de esa manera.

Él había visto un caos de polvo, había visto vapores y niebla, nubes, lluvias torrenciales, pero hasta ese momento no había visto el cielo limpio y el espacio estrellado con el Sol y la Luna. Ahora al fin los ve -dentro de su visión, al fin, en su línea de tiempo-, y cree que es en ese momento que son creados por Dios.

Día quinto

«Dijo Dios:
«"Bullan las aguas de animales vivientes, y aves revoloteen sobre la tierra contra el firmamento celeste". Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo animal viviente, los que serpean, de los que bullen las aguas por sus especies, y todas las aves aladas por sus especies; y vio Dios que estaba bien; y los bendijo Dios diciendo: "sean fecundos y multiplíquense, y llenen las aguas en los mares, y las aves crezcan en la tierra". Y atardeció y amaneció: día quinto"» (Génesis 1:20-23)
Los monstruos marinos. Posiblemente los ancestros de las ballenas actuales[8].
Secuencia de la deriva continental. La flecha indicaría la ubicación del observador.

La teoría del observador plantea que este "observador" tuvo una ubicación sobre la superficie terrestre. Esta persona fue parte del pueblo hebreo -posiblemente Moisés-, por lo tanto su ubicación se circunscribe a la Mesopotamia, en algún lugar entre Egipto y el río Éufrates.

Éste lugar en particular -el bloque de Arabia-, asegura la ciencia actual, que durante la deriva continental (ver Pangea) pudo haber sido una playa. Una playa que se habría sumergido y emergido en varias oportunidades a través del desplazamiento de los continentes y de las glaciaciones, hasta que impacta con India y se transforma en terreno seco.

Ahora se estaría frente a la situación de que "el observador" presenciaría los dinosaurios en el mar ("monstruos marinos"), serpientes y peces, y a las aves marinas, que en ese momento deberían haber sido Pterosaurios o similares, dinosaurios voladores que él a la distancia los interpreta según algo conocido: aves.

Al mantenerse dentro de los parámetros fijados por la ubicación (teórica) es necesario recordar que ese lugar es una playa semisumergida[9] por lo cual no se han observado -aún- animales terrestres.

Día sexto

«Dijo Dios:
«"Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: bestias, sierpes y alimañas terrestres de cada especie". Y así fue. Hizo Dios las alimañas terrestres de cada especie, y las bestias de cada especie, y toda sierpe del suelo de cada especie: y vio Dios que estaba bien.
«Y dijo Dios:
«"Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo Dios:
«"Sean fecundos y multiplíquense y llenen la tierra y sométanla; manden en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra".
«Dijo Dios:
«"Vean que les he dado toda hierba de semilla que existe sobre la haz de toda la tierra, así como todo árbol que lleva fruto de semilla; para ustedes será de alimento. Y a todo animal terrestre, y a toda ave de los cielos y a toda sierpe de sobre la tierra, animada de vida, toda la hierba verde les doy de alimento". Y así fue. Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien. Y atardeció y amaneció: día sexto"» (Génesis 1:24-31)

Según la ciencia, para el momento en que el bloque de Arabia impacta con India transcurrieron sesenta millones de años de la desaparición de los dinosaurios.

Para el relato del observador[10], él recién allí puede ver animales terrestres, y por supuesto, cree que es en ese momento en que son creados por Dios.

Luego ve la aparición de la especie humana y la intención de fondo de lo que Dios reserva para ella.

Día séptimo

«Concluyéronse, pues, los cielos y la tierra y todo su aparato, y dio por concluida Dios en el séptimo día la labor que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera. Y bendijo Dios el día séptimo y lo santificó; porque en él cesó Dios de toda la obra creadora que Dios había hecho.
«Esos fueron los orígenes de los cielos y la tierra, cuando fueron creados.
«El día en que hizo Yahveh Dios la tierra y los cielos"» (Génesis 2:1-4)

En éste -el séptimo día-, se cerraría el relato de La Creación con la frase inicial clave fundamental para descifrar el relato: "los cielos y la tierra", esta frase reflejaría el hecho de que sólo un hombre se referiría de esa forma "cielos y tierra", cielos arriba de él, y tierra a sus pies.

Formalismos de la teoría del observador

  • El Génesis habría dejado "guardado" en el propio texto la clave para comprenderlo. Ésta clave sería la mención de la frase "los cielos y la tierra", al principio y al final de los versos de La Creación, dejando entrever que la perspectiva del narrador es absolutamente humana y terrestre, ya que sin tener en cuenta la ubicación exacta de este "observador" sobre la superficie del planeta el relato no concordaría con el correlato científico.
  • La ubicación del observador es -para él- el centro del universo.
  • Los siete días pueden haber sido los días en que esa persona recibió ésta visión de La Creación en algo así como siete capítulos, uno por día, y de esa manera los plasmó en el relato.

Historia

Las teorías creacionistas (ver Creacionismo) han intentado congeniar el relato bíblico con el correlato científico durante siglos. Los distintos autores y exégetas habían analizado los hechos narrados en los versos de La Biblia a la par de los descubrimientos o conocimientos de cada época. Cada descubrimiento científico llevó a que los estudiosos de la materia reanalizaran sus postulados y buscaran una nueva explicación, de allí las distintas corrientes creacionistas.

Es importante comprender cómo se ha pasado -en la historia de la humanidad-, de una tierra plana y de ser el centro del universo, a la compresión de la mecánica celeste, la evolución de las especies y a medir la evolución estelar y universal en miles de millones de años.

Entre las corrientes principales de creacionismo cristiano podemos nombrar:

  • Creacionismo clásico: en el que supone que Dios habría realizado la creación de todo lo existente en siete días de veinticuatro horas, por lo que la tierra tendría unos diez mil años de antigüedad.
  • Creacionismo anti-evolución: este movimiento intenta utilizar la pruebas y descubrimientos científicos para negar la evolución de las especies.
  • Diseño inteligente: considera que la naturaleza, y el universo en su totalidad tiene su origen y evolución en la intervención directa de Dios.
  • Creacionismo pro-evolución: rama que considera verdaderos los descubrimientos científicos y que no cree que porque existan mecanismos para la evolución -tanto de los seres vivos cómo del universo en general-, eso vaya en contra de la existencia de Dios.

La teoría del observador terrestre ha congeniado de manera más cercana ciencia y religión, haciendo que el creacionismo que planteaba -en el pasado reciente- una tierra de 10.000 años de antigüedad evaluara cifras del orden de miles de millones de años. Esta corriente también se enrola dentro del Creacionismo pro-evolución ya que asume que detrás de la evolución darwiniana existe un propósito y un creador.

Los movimientos creacionistas cristianos son mayoritariamente protestantes, contando con aquellos más activos y conocidos en los Estados Unidos.

El Creacionismo en la educación

El creacionismo no forma parte de la currícula obligatoria en la educación tradicional en ningún país del mundo debido a que no se basa en evidencia científica comprobable.

Casos de excepción son Estados Unidos, dónde existe mayoría protestante, y en el que se intentó incluir en el 2005 en lo libros de texto -reemplazando la evolución- y fue prohibido por sentencia judicial. Otro caso es el creacionismo islámico en países donde se profesa dicha religión.

La Iglesia católica ante el creacionismo

La Iglesia católica no está de acuerdo con la interpretación literal del texto de los días creativos del libro del Génesis.

La ciencia no es parte del magisterio de la iglesia por lo tanto no se opone al evolucionismo. El creyente católico debe considerar como parte fundamental de su doctrina que el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, su alma es creación de la voluntad de Dios y aceptar la causalidad divina.

Por lo expresado anteriormente algunos autores argumentan que la doctrina católica no estaría en contradicción con el Big Bang, ni con la teoría darwiniana de la evolución de las especies y por lo tanto podría encolumnarse en el creacionismo pro-evolución.

Notas

Esta forma de interpretación del texto bíblico del Génesis, que toma como premisa la visión de un observador terrestre, se enmarca dentro de las teorías creacionistas de lo que se llama la Tierra antigua. También dentro de la corriente de la Creación progresiva, la que evalúa que la creación de Dios no es necesariamente instantánea, y que la misma bien podría ser progresiva (de allí su nombre). Por lo tanto estaría de acuerdo con las teorías evolutivas de la biología.

Por el mismo motivo también estaría de acuerdo con las cifras de siglos que maneja la astronomía en cuanto a la edad del universo, las estrellas y el sistema solar en particular.

Las citas de la Biblia pertenecen a la Biblia de Jerusalén Ilustrada, Éditions du Cerf, París, 1973, bajo la dirección de la Escuela Bíblica de Jerusalén.

Enlaces externos

En inglés

En español

Referencias

  1. Finding Darwin's God Wikipedia en inglés
  2. Luis A. Portillo (2013). Historia de la Fe Cristiana, de la Biblia y la Iglesia. EE. UU.: NazarethBooks, ISBN 978-1-62407-380-9
  3. Jonathan Sarfati: Exposé of The Genesis Question. Serious biblical and scientific errors deceive evangelicals.
  4. Ernesto H. Trenchard (1998). El Libro de Génesis. ISBN ISBN 0-8254-1738-4. «[...] podemos reconocer a Moisés como el autor substancial del Génesis [...]»
  5. Science Rebuttals - Light During the First Three Days of Creation: "(...) Genesis Chapter 1 is. It is an account of the creation, from the point of view of an observer, standing on the surface of the planet" oldearth.org by Greg Neyman
  6. Aune, David E. (2003): Westminster Dictionary of the New Testament and Early Christian Literature. Westminster John Knox Press
  7. Antonio Cruz. Los días de la Creación. Protestantedigital.com «El relato nos introduce en el cuarto día creacional, descorriendo el oscuro telón atmosférico, para que podamos ver el Sol, la Luna y las innumerables estrellas [...]»
  8. Arqueocetos Wikipedia
  9. Eoceno - Wadi Al-Hitan: "(...) durante el Eoceno, lo que hoy en día es el desierto del Sahara por aquel entonces era un mar superficial del océano Tetis (...)" Wikipedia
  10. Alberto Canen (2012). El observador de Génesis. La ciencia detrás del relato de la creación. Editorial Creativa. «El relato de un observador. Alguien que observa, alguien que narra y un lugar desde el cual observa. La ubicación [...]»